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Erwin Blumenfeld, The Man Who Shot Beautiful Women

Erwin Blumenfeld (1897–1969) formó parte de algunas de las tendencias artísticas más importantes del siglo XX, antes de llegar a la moda y revolucionar la forma en que el público la veía en revistas y periódicos. Su uso del color, poses ingeniosas y formas de enmarcar sus tomas, junto con un sentido innato de la composición y la experimentación gráfica, le valieron un puesto en la vanguardia de la moda como uno de los fotógrafos más solicitados de la época.

© Erwin Blumenfeld

Nacido en una pequeña familia judía burguesa en Berlín, recuerda que cogió una cámara por primera vez a los 10 años, regalo de su tío, y pronto empezó a experimentar como prueba un autorretrato de 1911 vestido de Pierrot. “Mi vida real comenzó con el descubrimiento de la magia de la química, con el juego de luces y sombras; todo se resumía en negativo y positivo”.


Fue conductor de ambulancias y cajero en un burdel del ejército alemán en la I Guerra Mundial. Detenido y encarcelado, se exilió en Holanda. Buscó ganarse la vida como librero y peletero, pero en ambos oficios fracasó. En la peletería que abrió en Kalverstraat, la calle comercial más concurrida de Ámsterdam, bajo el nombre de "Fox Leather Company", instaló un pequeño cuarto oscuro donde fotografiaba a sus clientas.


Su paso por Holanda también le sirvió para unirse a Paul Citroen, que se había establecido como comerciante de arte, pero abandonó este intento cuando se hizo evidente que prácticamente no había mercado para el arte contemporáneo. En cambio, se convirtió en un “pintor dominical”, hizo collages y dibujos, y participó en el Movimiento Dada holandés.


La marroquinería de Blumenfeld quebró en 1935. Sus primeras fotografías se publicaron ese mismo año en la revista francesa Photographie. Su obra también se incluyó en una muestra colectiva organizada por Paul Citroen en la Nieuwe Kunstschool de Ámsterdam, junto con Grosz, Man Ray, Moholy-Nagy, Léger, Mondrian, Schwitters y otros. Después de haber conocido a la hija de George Rouault, Geneviève, en una visita a su tienda, ella dispuso exhibir su trabajo en su sala de espera cerca de la Ópera de París. Era el año 1936.


Unos meses después, Blumenfeld deja Holanda y se instala en París donde conoció al fotógrafo y modisto Cecil Beaton, quien le abrió las puertas para trabajar en Vogue. Tres años más tarde, Erwin convenció a la modelo Lisa Fonssagrives para que se colgase de la Torre Eiffel. El reportaje, con una de sus imágenes más icónicas, se publicó Vogue, conviertiéndose en un poema visual a la libertad y la belleza. Sin lugar a dudas, se puede afirmar que se trata de una de las obras de arte más hermosas del siglo XX.


Lisa Fonssagrives en la torre Eiffel. París, 1939 © Erwin Blumenfeld


Estalló la II Guerra Mundial y fue internado en un campo de concentración. En 1941, al ser liberado, toda la familia se mudó a ‘La Ciudad que Nunca Duerme’. Tenía 44 años y aún no se ganaba la vida como fotógrafo profesional. Para eso necesitaba un lugar: primero compartió estudio con Martin Munkácsi, un fotógrafo húngaro también exiliado a América y en 1943 compró el suyo propio, en pleno Mid West de Manhattan. Un estudio donde creó un mundo a su medida y donde tomó y positivó a mano las imágenes que sirvieron para las miles de portadas y anuncios.


Variante de la fotografía de la portada de ‘Vogue Estados Unidos’, ‘Apoye a la Cruz Roja’, 15 de marzo de 1945 © Erwin Blumenfeld


Elizabeth Arden y Helena Rubinstein le reclamaron para las campañas publicitarias de los must de la época para la mujer americana. Estrellas de cine, cantantes, modelos famosas como Evelyn Tripp o Carmen Dell’Orefice y damas de la alta sociedad lo buscaban. En 1950 fotografió a Bette Davis, en 1952 a Audrey Hepburn, en 1955 a Grace Kelly y en 1954 Marlene Dietrich le rogó una sesión para limpiar su fama empañada por sus asociaciones alemanas.

Audrey Hepburn, 1952 © Erwin Blumenfeld

Le Décolleté, Victoria von Hagen. Fotografiada para Vogue 1952 © Erwin Blumenfeld


Con todo, Blumenfeld no se dejó impresionar por la fama: “Prefería las modelos anónimas, las mujeres diferentes, fuertes”, Remy Blumenfeld.


Cada una de sus fotos es una lección de moralidad y compromiso. La erótica, que la hay, es de seda y utilizaba la sensibilidad del surrealismo para hacer de los reportajes sueños en movimiento. "La belleza está en el accidente, el mal balance, el tropiezo, la sensibilidad transtornada" .

‘Desnudo sobre seda mojada’. París, 1937 © Erwin Blumenfeld


Erwin Blumenfeld murió a los 72 años el 4 de julio de 1969 en Roma. A su muerte, cuando su familia entró en su estudio de Manhattan, en el 222 de Central Park South, encontró 30.000 transparencias, 8.000 copias en blanco y negro y un centenar de collages de los años 20 además de un notas junto a una máquina de escribir, en las que describía cómo fue su vida y cómo iba a ser su muerte.


Estas hojas sirvieron para publicar su biografía, primero en Alemania en 1976 bajo el título de A través de un tiempo milenario y más tarde en inglés.

Violin Back, New York, 1943 © Erwin Blumenfeld

Desnudo, París, 1938 © Erwin Blumenfeld

Madeleine Sologne,1937, París © Erwin Blumenfeld

© Erwin Blumenfeld

© Erwin Blumenfeld

Surrealist Nude, New York, 1945 © Erwin Blumenfeld

Shadow Profile Behind Veil (Female Nude), 1942 © Erwin Blumenfeld

Lisette behind fluted glass, New York, ca. 1943 © Erwin Blumenfeld

Nancy-Berg Chesterfield, 1956 © Erwin Blumenfeld

© Erwin Blumenfeld

© Erwin Blumenfeld

© Erwin Blumenfeld



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