Dora Maar, encuentro con Picasso
Henriette Theodora Markovitch nació de 22 de noviembre de 1907 en la rue d'Assas de París. Estudió en la Union Centrale de Arts Décoratifs y en la École de Photographie antes de ingresar en la Académie Julian, donde las mujeres recibían la misma formación que los hombres en la École des Beaux-Arts. Además, recibió clases de pintura en el taller de André Lhote, donde conoció al prestigioso fotógrafo Henri Cartier-Bresson. Fué en esta época cuando redujo su nombre a Dora Maar.
Las primeras fotografías de Dora Maar fueron tomadas con su Rolleiflex a bordo de un carguero con rumbo a Cabo Verde a principios de los años veinte. Diez años después, abrió su estudio de fotografía con Pierre Kéfer. Su obras llevaban la firma de ambos: Kéfer-Dora Maar. En el centro del estudio había una piscina, tema de una notable fotografía que juntos relizaron por encargo de una revista de moda.

Model in Swimsuit, 1936. ©Dora Maar.
No sin antes fotografiar a Assia, la célebre modelo de los surrealistas, el estudio Kéfer-Dora Maar cerró en 1934. Su padre le proporcionó el dinero necesario para abrir un estudio propio, así como un cuarto oscuro cerca de la iglesia de San Agustín, en el 29 rue d'Astorg. Esta dirección se convirtió con el tiempo en el título de una de sus fotomontajes surrealistas más famosos. La estatua, que dijo tratarse de un objet trouvé, de piernas robustas, ropaje clásico y cabeza fálica, se eleva por encima del suelo cual aparición en la distornionada arquitectura del claustro.

Assia posando sobre una alfombra de piel, 1934. ©Dora Maar.

Assia, 1935. Centre Pompidou. ©Dora Maar.

29 rue d'Astorg, 1936. Centre Pompidou. ©Dora Maar.
Algunas de las obras en este periodo participan de la estética de la Nueva Fotografía, basada en el empleo de encuadres sorprendentes, en la búsqueda del contraste en las formas y en la luz, en el uso de planos en picado y contrapicado, etc. También realizó fotogramas, la técnica inventada por Man Ray consistente en colocar objetos directamente sobre papel fotosensible, sin intervención de la cámara.
Brassaï la describió con 'ojos llenos de vida y mirada atenta, de una fiereza en ocasiones perturbadora. Al convertirse en la compañera de Pablo Picasso, también fué su colaboradora fotográfica. Velaba celosamente por este papel, que consideraba una prerrogativa y desempeñaba con diligencia y talento'.

Retrato de Dora Maar por Man Ray, 1936.
A través de Brassaï, Dora Maar entró en contracto con muchos fotografos y fotoperiodistas. Se entregaba con todas sus fuerzas a cuanto hacía, a sus retratos y naturalezas muertas, a su fotografía y a su poesía. Entrega que se vió acentuada por la tensión a la que se sometía constantemente tanto en su carrera como en su vida sentimental. Había en todas sus relaciones y en su obra una autencidad inquietante.
No queda claro quién le presentó a Picasso. Según algunos textos fué el mismo Brassai quien les presentó en el Café Deux Magots. En otras fuentes consultadas se habla de que en el otoño de 1935 Picasso, tras pedirle al poeta Paul Éluard que les presentase, le pidió a Dora Maar sus guantes como recuerdo de su encuentro. 'Tenía entre los dedos una pequeña y afilada navaja con la que no paraba de hacer cortes en la mesa. A veces no acertaba y entonces aparecía una gota de sangre entre las rosas bordadas de sus guantes negros'.
Algunas versiones sostienen que la sangre brotaba a chorros, otras que manchó los guantes, mientra que algunas dicen simplemente que había una o dos manchas. Sin embargo, todas las versiones coinciden en que su encuentro fué una mezcla entre lo erótico, lo desmesurado y lo elegante.

Pablo Picasso y Dora Maar en Antibes por Man Ray, 1937. Fotografía tomada en el Café Deux Magots en febrero de 2022. ©Sandra Sañudo
Tras el estallido de la guerra civil en España, Dora se convirtió en la testigo y única colaboradora fotografica de Picasso durante el proceso creativo del Guernica. Incluso pintó algunas de las pinceladas verticales del caballo. Día tras día fotografío desde todos los posibles ángulos la metamorfosis de la obra, con la intimidad de amante y una pasión tanto política como profesional. Su presencia también formó parte de la inspiracón de la obra, terminada en poco más de un mes, donde los rasgos de su rostro aparecen representados en los de la mujer que sostiene una lámpara.

Fotografía del primer boceto del Guernica en el taller de Picasso en Grands Agustins, París 1937. ©Dora Maar. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Pablo Picasso, París 1937. ©Dora Maar.
'La pintura no se hace para decorar apartamentos. Es un instrumento de guerra (...) contra la brutalidad y las tinieblas', Pablo Picasso.

Retrato de Dora Maar por Lee Miller, 1956.
Picasso la retrató unas sesenta veces, entre ellas en el famoso cuadro “Dora Maar con gato”, de 1941, en el que está sentada en un sillón con un gato negro en el hombro derecho.

Retrato de Dora Maar con gato por Pablo Picasso, 1941.
La relación de ambos fue tumultuosa ya que Picasso nunca abandonó a Marie-Thérèse Walter y el artista acabó enamorándose de Françoise Gilot. La relación entre Dora y Picasso se fue deteriorando hasta la crisis final en 1946. Sin embargo, Dora lo adoró hasta el último día.
‘Poseía el temperamento y la grandeza personal necesarios para la importante misión de amar al filósofo Georges Bataille y posteriormente a Picasso’, James Lord.
Una retrospectiva organizada por el Centro Pompidou, con cerca de 500 obras y documentos cedidos por más de 90 prestamistas, dejó clara la amplitud y competencia de su trabajo en un esfuerzo por cambiar su posición como artista por derecho propio, en lugar de considerarla como modelo o musa.
Centro Pompidou
Admiro profundamente a esta artista independiente y de espíritu libre, que consiguió desde abrir su estudio y trabajar en sus primeras asignaciones de moda, hasta involucrarse con asuntos sociales y políticos a través de su fotografía de calle, para pasar a ejercitar su visión surrealista o redescubrir la pintura más adelante en su carrera profesional y regresar entonces al medio artístico que primero la cautivó.
Desierto
He dejado atrás la ola
Y ahora libre de obrar
Hacia el verano interior
Oigo
este secreto en el ser
este secreto para mí misma secreto
...
El ojo del hastío
De la hierba. Y sin embargo
Ese día fue un zafiro
Helo aquí

Assia, 1934. Centre Pompidou. ©Dora Maar

Leonor Fini, 1936. ©Dora Maar

Nush Eluard, hacia 1935. ©Dora Maar

Dinero y moral, Inglaterra 1934. ©Dora Maar